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Restaurante Santo: Blog

Restaurante Santo: Blog

Restaurante Santo

Santo tiene buenas intenciones, grandes planes y tesoros por descubrir. Sinceramente intentan mejorar, luchan por ser de los mejores en Cabo, por llegar hasta la cima y crear su propio legado. Se quiere enriquecer a Cabo culturalmente y salir adelante a pesar de las dificultades.

Enriquecer culturalmente a Cabo; Esta es la clase de metas que deberíamos apoyar. Las dificultades económicas generadas por el COVID-19 ha hecho que muchos tengan que buscar maneras alternativas de generar ingresos. Restaurante Santo se vio en la necesidad de dejar de lado sus aspiraciones culinarias con tal de llegar a fin de mes.

 

El día de ayer tuve la oportunidad de comer en El Restaurante Santo con mi compañero en re-construir Los Cabos Magazine, el jefe de diseño, León. Nos esforzamos en ordenar platillos únicos y destacados del menú. Santo es un restaurante peculiar, sinceramente haciendo un esfuerzo por ganarse su lugar. Podría ser que este no es el mejor momento de visitar Santo, o esa fue mi primera impresión.

He visitado Santo anteriormente, antes de escribir,  pedí la mejor torre de mariscos que he probado. Es una literal torre de camarón  pulpo, pescado, y almeja. Sabe salado como el mar y a la vez refrescante, Saladamente refrescante. Yo sé que eso es raro. Así de impresionante fue probarlo: en fin, ya no está en el menú. (A menos de que de alguna manera hayas escuchado de la existencia del platillo y le pidas al Chef Luís que te lo prepare. De nada.)

 

 

 

Me preocupó ver el menú, se remplazaron platillos exquisitos, por platillos de sports bar, tu sabes, la clase de cosas que venden en Chili’s. Cosas como costillitas, hamburguesas, tacos, etc. En mi opinión, no considero sean platillos relevantes. No es algo que yo considere una experiencia culinaria memorable. No es algo de lo que valga la pena escribir.

Evitamos mayoría de estas novedades. Con la excepción de las costillitas, pedimos las costillas para darle al nuevo concepto una oportunidad.

Las costillitas estuvieron bien, eran buenas costillas, sin nada notable por decir, nada que no hayas probado antes.

También pedimos Pulpo al pastor, Pescado del día en salsa Miso Tamarindo y Chicharrón de Atún, estos fueron los platillos que destacaron en la carta. Al pastor es un marinado que se le da al cerdo en la comida mexicana, viene del oriente medio, Santo lo hace con pulpo. El Chicharrón es piel de cerdo frita en grasa de cerdo. Santo lo hace con atún. Pescado del día en salsa de Miso Tamarindo sabe a barbacoa de pescado. Entonces, resulta que Santo sigue experimentando. Todos estos platillos fueron buenos, el chicharrón de atún en una cama de aguacate, fue el mejor!

Las bebidas estuvieron muy bien, mi favorita fue servida en un pequeño jarro de cerámica, no puedo recordar lo que tenía, me consta que era toronja y mezcal. Piensa en algo ligero, refrescante, vibrante, como un Gatorade diluido con una patada de mula, respectiva del mezcal.

 

 

Al final de nuestra visita tuvimos la oportunidad de platicar con Chef Luis López, con él hablamos del menú. Yo fui directo y le comenté mi opinión sobre los cambios en la carta, y le pregunté por qué cambiar la dirección del restaurante haciendo de lado los platillos originales que había apreciado en el pasado.

La respuesta fue, sin tanto rodeo: COVID-19. Me sorprende que ya comienzo a olvidar lo que fue. Cómo siguen siendo para algunos. Muchos negocios pasaron por tiempos difíciles. Muchos terminaron ahogados en deudas para salvar su negocio. Santo no fue la excepción. Para mantener el negocio de pie el restaurante tuvo que dividirse en dos partes. Manteniendo de un lado su “alta cocina” y transformando la otra mitad en un bar de deportes.

De manera similar, el menú tuvo que ser modificado. Una mitad bar deportivo, la otra una propuesta de platillos para los aficionados de la cocina. Fue un sacrifico, uno que mantuvo las puertas abiertas. Antes del COVID, Santos estaba intentando tomar su lugar en el panorama culinario, trataron de competir por El Premio Culinario de Cabo, pero se vio, en su momento, eclipsado por la competencia. La meta de Santo se volvió dejar huella, competir contra los mejores y tal vez no ganar, pero poner pelea para volverse lo mejor de Cabo.

Entonces llego el COVID. Esta sigue siendo la meta, y conforme todo regresa a la normalidad Santo quiere regresar a la pelea.

 

 

El objetivo es crear experiencias culinarias genuinas, y tratar de ser los mejores haciéndolo.

Cualquier persona esforzándose, y tratando sinceramente de mejorar su comunidad puede contar conmigo para apoyarlo. Claro que hay imperfecciones, como en todo. El menú deja mucho que desear. Es realmente difícil diferenciar los platillos especiales, de aquellos añadidos para pagar las cuentas. Puedo dejar pasar eso, personalmente me ofrecí a redactarles un nuevo menú como un regalo. Creo que este es el tipo de establecimiento que todos deberíamos tratar de apoyar.


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